Reírse tan fuerte hasta que te duelan las mandíbulas. Una ducha caliente. Encender la radio justo en el momento que están poniendo tu canción preferida. Tener a alguien que juega con tu pelo. Una taza de chocolate caliente en un día frío. Un cruce de miradas. Encontrarte por la calle a un viejo amigo y descubrir que algunas cosas no cambian nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario